La lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables.



La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva durante seis meses, la introducción de alimentos apropiados para la edad y seguros a partir de entonces, y el mantenimiento de la lactancia materna hasta los 2 años o más.

Prácticamente todas las mujeres pueden amamantar, siempre que dispongan de buena información y del apoyo de su familia y del sistema de atención de salud. Aquí algunas recomendaciones:

CONSEJOS PARA LA MAMÁ
· Antes de la llegada del bebé informate sobre la lactancia materna.
· Cuando haya nacido el bebé, tratá de darle de mamar durante la primer hora de vida.
· Si tenés dudas, pedí ayuda profesional para aprender a amamantar correctamente. Es importante saber las posiciones adecuadas y la duración de las tomas.
· Es importante que lleves una dieta saludable, tomes mucha agua y descanses lo más que puedas.

CONSEJOS PARA EL PAPÁ Y LA FAMILIA:
· Como papá podés colaborar con tu pareja, asegurándole un buen descanso cuando el bebé duerme.
· Colaborá en el cuidado del bebé, más allá de la alimentación, podés construir un vínculo cercano bañándolo, cambiándolo, haciéndolo dormir y paseando con él.
· El resto de la familia: abuelos, tíos e hijos mayores, pueden ayudar colaborando en la organización de la casa de manera tal que la mamá pueda sentirse acompañada y contenida.


¿Por qué es beneficioso amamantar para la mamá?
Ayuda la absorción del calcio.
Favorece la recuperación del peso y aprovechamiento de los nutrientes por segregación de hormonas gastrointestinales.
Fortalece la autoestima y el vínculo entre la madre y su bebé.
Disminuye el riesgo de cáncer de cuello de útero, de ovarios, de mamas.
Reduce el riesgo de osteoporosis, artritis y anemia.

¿Por qué es beneficioso ser amamantado para el bebé?
Favorece la formación del sistema inmunitario en el bebé.
Posibilita el contacto piel a piel con su mamá cubriendo además sus necesidades básicas de calor, amor y nutrientes.
Ayuda al desarrollo saludable de todos sus sistemas, e intelectual y sensorial.
Mejora el desarrollo de la arcada dentaria.
Disminuye el riesgo de enfermedad y en caso de contraerla el episodio será más leve y su duración más corta, también así se reduce el riesgo de muerte súbita, apneas prolongadas y bradicardia.


¿Cómo funciona nuestro cuerpo al amamantar?
Cada mama está compuesta por entre 6 a 10 sistemas de conductos que a partir del pezón se ramifican hacia atrás terminando en los alvéolos, que son los que producen la leche, los conductos son los que están ubicados detrás de la aureola y tienen salida por los poros de la punta del pezón.
Las mamas crecen durante el embarazo y pueden llegar a pesar entre 200 y 800 gr. Durante el último trimestre al pasar los dedos por las mamas se puede notar ya que el tejido glandular que ha crecido (se siente como racimos).
El pezón y la aureola aumentan de tamaño y cambian de color para que el bebé al nacer lo localice mejor.
La aureola tiene unos granulitos a su alrededor llamados glándulas de Montgomery que segregan una sustancia oleosa que lubrica naturalmente y protege al pezón. En la fabricación de la leche intervienen 4 hormonas: el estrógeno, la progesterona, la prolactina y la oxitocina.

ESTRÓGENO: aumenta durante el embarazo para que aumente el tamaño de los alvéolos y lóbulos.
PROGESTERONA: su aumento hace que el tejido del pecho crezca aceleradamente.
PROLACTINA: cuando el bebé estimula el pecho de la mamá succionando envía una señal a la hipófisis para que libere prolactina. La prolactina se libera por vía sanguínea a los alvéolos y como consecuencia de esto produce leche. Es necesario un amamantamiento frecuente para mantener una liberación de prolactina refleja. Hay más liberación de prolactina por la noche.
OXITOCINA: también por el estímulo de la succión del bebé sobre el pecho de la mamá la oxitocina es la encargada de comprimir las células mioepiteliales que rodean a los alvéolos para que expulsen la leche y asegurarse el vaciamiento de los mismos. La oxitocina ayuda a que se contraiga el útero.
ADRENALINA: es importante tener en cuenta que la presencia de adrenalina en sangre puede inhibir temporalmente la liberación de oxitocina. Esto puede suceder por una preocupación, por stress, por falta de ayuda del entorno, por temor, por inseguridad, etc.



La importancia del primer contacto mamá-bebé.

En el momento del expulsivo (cuando el bebé sale del vientre de su mamá) se produce una descarga de adrenalina tanto en la mamá como en el bebé con el objeto de favorecer el primer contacto entre ambos, el bebé recién nacido mantiene una alerta la primera hora y media después del parto que coincide con el estado de excitación en el que se encuentra la mamá.
Puede ver a su mamá justo desde la distancia que existe entre el pecho de ésta y su cara, también puede oírla y diferenciar su voz entre muchas otras, ya que desde su vida intrauterina lo viene haciendo
Siente el calor corporal y la energía que transmite el cuerpo de la madre y es por medio de éste que regula su propia temperatura corporal, porque tiene su temperatura unos grados elevada para compensar la pérdida de calor del bebé.
Al oler y estar en contacto piel a piel sobre el pecho de su mamá lo tranquiliza y reconforta, ya que el olor que emanan las glándulas de Montgomery que se encuentran alrededor de la aréola es como el olor del líquido amniótico al que estuvo acostumbrado por 9 meses.

Este es el momento indicado para que la mamá presente el pecho a su bebé, pero no necesariamente para que se alimente. Probablemente el bebé solo lama el pezón y en el caso de que se prenda succione solo un poco y espaciadamente.
Es por esto que es de vital importancia que, si todas las condiciones lo permiten (como suele suceder en la mayoría de los casos), ese momento único e irrepetible sea respetado y no se vea perturbado ni demorado. El bebé acaba de nacer y solo necesita estar en contacto con su mamá y la mamá acaba de parir y solo necesita estar en contacto con su bebé.

Si el nacimiento del bebé se hubiera producido por medio de una operación cesárea, esto no contraindica en absoluto la lactancia, por el contrario, resulta muy beneficioso para ambos el contacto y el amamantamiento lo más temprano posible, situación para la cual la mamá va a necesitar mucha ayuda de su entorno.


Frecuencia y duración de las mamadas

La mayoría de los recién nacidos maman entre 8 y 12 veces por día y es lo que necesitan para asegurarse el alimento, recuperar el peso de nacimiento y mantener un aumento progresivo de peso. Los bebés que toman leche materna del pecho de su mamá maman más seguido que los bebés que toman fórmula porque la leche materna se digiere y sale del estómago del bebé a los 60´ de ingerida.

Es importante esperar a que el bebé termine de mamar del primer pecho y no retirarlo antes porque la composición de la leche cambia durante la mamada.
Al comienzo de la mamada el pecho produce una leche (inicial o flaca) que es voluminosa pero baja en grasas y a medida que progresa la mamada la leche va aumentando su contenido de grasas (final o gorda) y disminuye su volumen.
Conocer y respetar este patrón va a asegurar un aumento de peso adecuado en el bebé y en la mamá evitará congestiones, taponamientos y mastitis. Nunca se debe forzar a un bebé a mamar.


Amamantamiento nocturno

Existen dos estados del sueño, el sueño ligero y el sueño profundo.
Los bebés pasan de sueño ligero a profundo y nuevamente a ligero cada 90´ y es en el período entre un sueño y otro cuando tienen más posibilidades de despertarse, al sueño ligero se lo detecta cuando se perciben movimientos oculares rápidos debajo de los párpados del bebé.
Los bebés duermen en gran porcentaje, un sueño ligero durante los primeros 6 meses para beneficiar su supervivencia y el desarrollo de su cerebro. Al despertarse más seguido de noche aprovechan los altos niveles de prolactina de la mamá lo que trae como consecuencia más leche.
Es importante saber que los bebés ya nacen con un temperamento determinado y sus hábitos de sueño dependen más de ello que de la habilidad de sus padres.
El colecho (dormir junto con el bebé) es una práctica que favorece el amamantamiento nocturno y permite que la mamá pueda permanecer acostada mientras amamanta y así evitar el cansancio de trasladarse varias veces por la noche, pero es una decisión personal de cada mamá. Por seguridad se recomienda que el bebé duerma en el cuarto de sus padres hasta los 6 meses de edad.

 

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